01. Todos quieren la paz, y para asegurarla, fabrican más armas que nunca.
02. Los animales, queridos niños, comprenden los sentimientos, aunque no entiendan todas las palabras.
03. Callamos. Las olas muriendo en la arena con la naturalidad de quienes no han hecho otra cosa en su vida.
04. Antes había países pacíficos y países agresivos. Ahora todos quieren la paz. Y para asegurarla, fabrican más armas que nunca.
05. La televisión ha acabado con el cine, el teatro, las tertulias y la lectura. Ahora tantos canales terminan con la unidad familiar.
06. (...) Gustarme no sé, pero creo que es un regalo de Dios, un invento prodigioso. He perdido mucho tiempo aprendiendo a usarla, pero me ha compensado. A veces, hasta le doy color a los dibujos con el ordenador.
07. Entre todas las mujeres que han dejado su huella en mi alma - las mujeres dejan las cosas en cualquier sitio- y su imagen en mi recuerdo, y aunque a estas alturas de mi vida rara vez encuentro algo en el desván de mi memoria, Katrina es tal vez la que más difícilmente podré olvidar.
08. ¿Es usted un lobo de mar? Su melena dorada refulgía, empapada en luz de luna. Un trapito negro cubría su ojo derecho. El otro, tal vez azul, me miraba con acariciadora insistencia. -No, no soy un lobo de mar -contesté-. Soy un tenedor de libros de la meseta. -Lo siento -dijo la aparición, sentándose en la arena a mi lado-. Yo sí soy un lobo de mar. Me llamo Katrina. No dije nada; porque mi nombre, tan vulgar, no rompiera el hechizo, y porque me cohibía la presencia de un lobo de mar con unas piernas como las que yo sólo había visto, hasta el momento, en los calendarios donde se retratan señoritas poco vestidas procedentes de lejanos planetas.